Escritor español que nació en 1531 en Valera la Vieja
(Herróbriga), entonces perteneciente al Reino de Sevilla. Cipriano abandonó las
opiniones del clero romano, se retiró a Inglaterra y fue maestro de artes en
Oxford. Emprendió la revisión de la versión española de la Biblia publicada en
Basilea en 1569 por Casiodoro
de Reina, empleando veinte años en ella, y para cuidar de la
impresión de la obra se trasladó a Holanda. Además de este trabajo, que vió la
luz en Amsterdam en 1602, se deben a Valera dos tratados: sobre el papa y su
autoridad, y sobre la misa; la revisión española de las instituciones
cristianas de Calvino; una edición del Nuevo Testamento y otros libros.
Tomado del Tomo II del Diccionario Enciclopédico de la Lengua
Castellana, publicado en 1895 por Zerolo, E. (ed.) en París (editora: Garnier).
Religioso en el monasterio jerónimo de San Isidoro del
Campo, abrazó la reforma, y con varios de sus compañeros, logró escapar a
Ginebra. Su obra principal es la traducción de la Biblia, basada en la de
Casiodoro de Reina.
Tomado del Tomo X del Diccionario Enciclopédico UTEHA,
publicado en 1953 en México, D.F.
Humanista y sacerdote español (¿1532?-1602), que llevó a
cabo una traducción íntegra de la Biblia, publicada en 1602.
Tomado del Pequeño Larousse, publicado en 1993 por
García-Pelayo y Gross, R. (ed.) en México, D. F.
Fue el más diligente y prolífico de todos los escritores
adheridos a la causa reformada. Nació en Sevilla y entró de joven en el
monasterio de San Isidro del Campo, donde aceptó la Reforma. Huyó de allí ya
antes de iniciarse la persecución, en 1555, y se refugió en el extranjero. En
Ginebra, en Holanda, en Inglaterra, dondequiera que residió el fugitivo, pero
especialmente en este último punto, hizo crujir las prensas con los escritos de
su pluma.
Su obra más extensa lleva por título: "dos tratados,
del papa y de la missa". En el primero se refiere al papa y a su
autoridad, y a lo que, concerniente a este punto, enseña la Sagrada Escritura y
los doctores y concilios antiguos. El segundo se refiere a la Misa, aportando
datos procedentes de las mismas fuentes. El propósito de ambos tratados es el
de demostrar con la palabra de Dios la falta de base del sistema papal y de la
misa.
En el tratado sobre el papa hace una recopilación de los
desmanes atribuidos tradicionalmente a los papas. Contiene una curiosa
colección de refranes que reflejan el concepto que merecía en la mente popular
el clero de aquellos tiempos. La idea principal del tratado es presentar a Cristo
como el único mediador entre Dios y los hombres. Idénticos propósito y método
se encuentran en el tratado sobre la misa. Contrapone al concepto romano de la
que ellos llaman eucaristía, con la evidencia de la Iglesia antigua, o
sea, la sencilla Comunión como un recuerdo y un símbolo, adoptado de modo
general por los creyentes cristianos emancipados de Roma. Al fin del tratado se
ocupa del verdadero sacerdote y del verdadero sacrificio hecho por el Sumo
Sacerdote, Jesucristo.
Otro de sus escritos es el "enjambre de falsos
milagrose ilusiones del demonio con que María de la Visitación...
engañó a muy muchos", en el que su mordacidad se ceba a placer sobre
la superstición tan en boga en sus tiempos. Sin embargo, debe destacarse que es
corriente que las obras simplemente anticlericales se distingan por su malicia,
en tanto que en él, la ironía se halla envuelta por una compasión
verdaderamente cristiana, compasión que Valera siente por quienes carecen de la
verdad, por haberles sido mixtificada (falsificada). Por ello, concluye este
tratado con la seria y fervorosa amonestación de acudir a Cristo, el único que
obra verdaderos milagros, para recibir de él, el mayor de todos los milagros,
la paz del alma.
Cipriano de Valera atestiguó el respeto y la estima que
sentía por el reformador de Ginebra (Calvino) traduciendo sus "Instituciones
Cristianas" al castellano.
Parecido a la "Epístola consolatoria de Juan Pérez
de la Pineda a los cristianos perseguidos en España", es su "Tratado
para confirmar en la fe cristiana a los cautivos de Berbería", que
dirige Valera a los cristianos que habían caído en manos de los numerosos y
potentes piratas mahometanos de Argelia. Su propósito es confirmar en su fe a
los cautivos, para que no renieguen de ella. Su verbo se inspira y eleva cuando
pasa a describir los consuelos de la fe cristiana, y muestra la Sagrada
Escritura como un refugio de la pesadumbre y desesperación, como un arma eficaz
contra los enemigos del alma y del cuerpo, y como fuente de toda doctrina
cristiana. Otra obra suya es el "Aviso a los de la Iglesia Romana".
Sus folletos, de carácter popular, eran escritos pensando en
las masas, y en el lenguaje que éstas comprenden y gustan. En último término,
lo que procuraba era disipar la obcecación (la ceguera tenaz) de los
"líderes religiosos", que son la minoría, y la ignorancia del pueblo,
que es la mayoría, sobre puntos de capital importancia, no sólo para los
individuos como seres humanos aislados, sino también para la convivencia
social; obcecación e ignorancia que habían hecho posible una hecatombe, de la
cual, como desterrado, él mismo estaba sufriendo las consecuencias.
La obra de Valera que más fama le ha aportado ha sido su
versión de la Biblia. Fue impresa en Amsterdam en 1602. Al escribirla, Valera
sigue fielmente la traducción de Casiodoro de Reina, con muy ligeras enmiendas
en el lenguaje y en los sumarios de los capítulos. Esta versión es la de
general aceptación todavía entre los cristianos actuales de habla española.
Considerando que la labor de Valera se limitó a la corrección lingüística de la
traducción de Reina, merece en justicia, que se la denomine la versión
Reina-Valera y no sólo de Valera.
Tomado del libro de Samuel Vila, 1977, Historia
de la inquisición y la reforma en España, CLIE, Terrassa.
Tasters of the Word (YouTube), videos recientes: "Astronomía y Nacimiento de Jesucristo: Once de Septiembre Año Tres A.C.", "Estudio sobre Sanidades" (en 20 episodios), "Jesus Christ, Son or God?" and "We've the Power to Heal":http://www.youtube.com/1fertra