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Claves para una Luz
Espiritual
Otro Estudio en la Exactitud Bíblica
Por
Dorotea Owens
Éste estudio ha sido preparado para habilitarnos en el desarrollo de
nuestra vida espiritual mediante el estudio de la Palabra de Dios y para
convertirla en una realidad viviente en nuestra vida diaria. Para lograr esto,
hemos de desechar algunas de las cosas que antes habíamos aceptado como
"evangelio” del hombre, pero para la que no encontramos respaldo alguno en la
Palabra de Dios. En muchos casos se trata de un clamor alarmante relacionado
con nuestra vida espiritual cuando encaramos con honestidad lo poco que
realmente sabemos acerca de la Biblia después de haber atendido a la escuela
dominical y a la iglesia desde nuestra temprana infancia. ¿Acaso hemos
comparado honestamente nuestras creencias con la Palabra de Dios, o hemos
aceptado la palabra del hombre y la tradición?
En el caso de las cosas materiales la mayoría de nosotros somos muy
cuidadosos en relación con aquello que compramos o que aceptamos, sin embargo,
en relación con nuestra vida espiritual, estamos propensos a creer (o al menos
a tolerar) casi cualquier cosa, comúnmente sin cuestionar nada. Esto no
significa que dudemos de la Palabra de Dios. ¡Eso jamás! Pero, ciertamente que
tenemos todo derecho, y es nuestra responsabilidad, la de evaluar lo que se nos
enseña y aquello que creemos, a la luz de la Palabra de Dios.
La información contenida aquí se basa en la enseñanza inherente de la
Palabra de Dios misma. La Biblia no debería de ser un libro cerrado para
nosotros a menos que así lo decidamos nosotros mismos. Hemos de leer la Biblia
con la actitud de que no es difícil y con un profundo deseo de conocer la
verdad.
Nuestros diversos antecedentes de aprendizaje hacen necesario establecer
que clase de actitud hemos de tener en relación con la Biblia, en la cual la
siguiente ayuda se basa. Ciertamente que existen escrituras fundamentales que
hemos de dividir y de entender correctamente si es que nuestra vida espiritual
va a desarrollarse debidamente. La primera se encuentra en 2 Timoteo 3:16 y 17:
"Toda la Escritura es inspirada por Dios ["exhalada
por Dios”, la palabra griega es theopneustos,
traducida mediante las palabras: "inspirada por Dios” *], y útil para enseñar
[cómo creer correctamente], para redargüir [que es "reprender” cuando no se
está creyendo correctamente], para corregir [que es cómo regresar a la creencia
correcta], para instruir en justicia [para educar],
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
* Nota: Las explicaciones dentro de
los versículos de la escritura se encuentran en corchetes [ ].
Siendo la Biblia
la Palabra de Dios, eso también la convierte por necesidad en la Voluntad de
Dios, ya que no podemos separa la Voluntad de Dios de Su Palabra de la misma
manera que no podemos separar la voluntad del hombre de su palabra. Dios
declara claramente que toda la Escritura fue exhalada por Él. Nuestra actitud
hacia la Palabra refleja nuestro nivel espiritual.
Nuestra segunda
actitud hacia la Palabra de Dios se declara en 2 Pedro 1:20 y 21:
Entendiendo primero esto [no al último, o en ningún otro momento, pero
"primero”] , que ninguna profecía [tanto una declaración presente como una
anticipación del futuro proveniente de Dios] de la Escritura es de
interpretación privada [la palabra griega es idios, traducida "su propia” o "(lo) suyo”; solamente traducida
como "privada” en este lugar],
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Si realmente
creemos en esta segunda actitud hacia la Palabra de Dios, es decir, que ninguna
Escritura es de interpretación privada [de uno mismo]; entonces la tercera
verdad fundamental que hemos de creer es:
2 Timoteo 2:15:
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Si acaso te
preguntas, "¿Cómo es que sabremos que estamos dividiendo correctamente la
Palabra?” Hemos de reconocer que la Palabra es exacta: Dios dice lo que quiere
decir y quiere decir lo que dice. Él tiene un propósito por todo lo que Él dice
y aún la forma en la que lo dice. Lo que aparentemente pareciera ser una
inexactitud usualmente se debe a nuestra falta de entendimiento acerca de lo
que estamos leyendo.
¿Acaso dice la
Biblia que Eva se comió una "manzana”?
[En Génesis 3:3
leemos: "..del ‘fruto’ del árbol que está en medio del huerto…” y en Génesis 3:6 leemos que Eva "…tomó de su ‘fruto’,
y comió; y dio también a su marido…” Concluyendo: El texto original antiguo no
menciona por ningún lado a una "manzana”].
O
¿Dice la Biblia
acaso que Jonás fue ingerido por una "ballena”?
En Mateo 12:40
leemos que: "…estuvo Jonás en el vientre del ‘gran pez’ …”; Jonás 1:17 lo
confirma: "…Jehová tenía preparado un ‘gran pez’ que tragase a Jonás; y estuvo
Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches” [Concluyendo: El texto
original antiguo no menciona por ningún lado a una "ballena”].
Éstos dos
aspectos [el del ‘fruto’ y el del ‘gran pez’] pudieran parecernos de poca
importancia, y es cierto que no tienen nada que ver con nuestras bases para un
vivir Cristiano, sin embargo, la cristiandad ha leído otros pasajes justo con
la misma falta de cuidado, causando disensiones y aún nuevas denominaciones. La
Palabra de Dios es la Voluntad de Dios. Cualquier persona puede conocer la
Voluntad de Dios si tan sólo estudiara y creyera Su Palabra.
Existen muchas
traducciones de la Biblia, es por eso que nosotros necesitamos evaluar y compararlas en nuestro estudio. Ninguna
cosa que el hombre hace es perfecta, de tal forma que todas las traducciones
contienen errores. La versión Reina-Valera, es quizás la más conocida para la
mayoría de los cristianos, más que cualquier otra (Nota del traductor: Aquí,
Dorotea menciona a la más conocida versión en inglés: The Authorized Version, commonly known as the King James Version). Pero aún ésta es tan sólo una traducción de la
Palabra de Dios. Capítulos, versículos, puntuación, referencias, notas al margen,
encabezados, etc., han sido todas ellas añadidas por el hombre. Las palabras en
itálicas han sido añadidas por los traductores. Los originales carecían de
puntuación, de divisiones, etc. Si la Palabra es inspirada, entonces sus
palabras también deben de ser inspiradas por Dios. Ya que los marcajes (v.gr., de capítulos y versículos, etc.)
fueron añadidos por el hombre pero no fueron exhalados por Dios, hemos de
abstenernos de darles la misma importancia que a las palabras. Las adiciones del
hombre podrán ser buenas para referencia pero nunca para la interpretación. Por
necesidad hemos de retener siempre el verdadero significado de la Palabra antes
de que podamos darle su aplicación adecuada.
La Biblia tuvo
muchos escritores pero un solo autor: Dios. El hombre fue el que habló usando
su propio vocabulario, pero AQUELLO que escribió fue AQUELLO que Dios quería
que fuera hablado.
Ya que la Escritura
no es "de interpretación privada”, ella ha de interpretarse a sí misma. Esto se
lleva a cabo básicamente en una de tres maneras:
1. Se interpreta
a sí misma en el verso en el que está siendo usada,
2. En el
contexto,
3. Ha sido usada
antes.
La totalidad de
la Biblia, ¡no está dirigida a nosotros!:
Romanos 15:4
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras,
tengamos esperanza.
En 1 Corintios
10:32 Dios nos da una importante clave: Existen tres grupos de gente en la
Biblia: Judíos, Gentiles, y la Iglesia de Dios. Nosotros que somos cristianos
pertenecemos a la Iglesia de Dios. Toda la Biblia es para nuestro aprendizaje: Las
cosas específicas para nosotros están dirigidas a nosotros y deben de ser
entendidas por nosotros. Así que es muy importante que veamos a quién le está
dirigido cada pasaje en particular. Lo que se les dice a los judíos no sele
dice a la Iglesia de Dios, etc. Mucha de nuestra confusión es causada por
tratar de aplicar a nosotros mismos lo que le ha sido escrito a alguien más.
Lee el libro a los Romanos, por ejemplo, a la luz de esto, y se presentará como
un nuevo libro debido a que no todo este libro ha sido dirigido al mismo grupo
de gente.
La clave al poder
en nuestra vida de día en día es la mente renovada:
Romanos 12:2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación
de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta.
¿Y cómo renovamos
nuestras mentes? Mediante el estudio de la Biblia. La Salvación (el nuevo
nacimiento, la conversión) es el trabajo de Dios conforme aceptamos lo que Él
ha hecho disponible (Romanos 10:9 y 10). Éste es el comienzo de la vida
cristiana, la cual culmina en la vida eterna; la mente renovada determina cómo
es que vamos a caminar en este mundo después del nuevo nacimiento, y es de nuestra
responsabilidad. Muchos cristianos manifiestan una vida derrotada y miserable,
lo cual le pinta un panorama no muy deseable al incrédulo. Conforme creemos en nuestros
derechos de filiación, es decir en los derechos como hijos de Dios que tenemos,
entonces es que podemos caminar sin temor y aceptar todas esas cosas que Dios
ha hecho disponible para nosotros. Algunas veces tendemos a justificar nuestro vivir
mediocre basándonos en la humildad y mansedumbre. Tememos ofender a Dios, y por
tanto lo limitamos debido a nuestra incredulidad, en vez de edificar nuestra
creencia. En la familia humana no nos ofende si nuestro hijo acepta algo que le
estamos ofreciendo, ¿verdad? Es más probable que nos ofenda si él rechaza lo
que le ofrecemos.
Mateo 7:9-11
¿Qué hombre hay de vosotros, que
si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le
pidan?
Dios es amor,
pero Él no puede hacer más de lo que le permitimos hacer, ya que Él nos dio
libertad de voluntad. La Salvación está disponible, pero se recibe por nuestra
decisión. La vida abundante está disponible, pero se recibe solamente por
nuestra aceptación. La bondad de Dios se encuentra mucho más allá de nuestro
entendimiento de tal manera que muchas veces tratamos de minimizarla
igualándola a nuestros propios estándares de bondad. Muchas veces tratamos de
justificar nuestros propios defectos mediante el culpar a Dios. Si padres
terrenales trataran a sus hijos de la manera en que Dios es acusado de tratar a
Sus hijos, esos padres serían perseguidos por la ley.
Al renovar
nuestras mentes aprendemos en qué consiste nuestro trabajo, mientras que el continuo
estudio de la Palabra edifica nuestra creencia de tal forma somos capaces de
hacer Su voluntad. Es interesante saber acerca de las responsabilidades de
Dios, tales como su orquestación de la Segunda Venida de Su Hijo Jesucristo,
pero no hemos de descuidar el aprender acerca de nuestras responsabilidades y
entonces el cumplirlas. Dios va a
cumplir con Su parte. Nuestras opiniones no van a cambiar absolutamente nada
del plan de Dios.
Cuando nuestras
mentes se renuevan conforme a la Palabra de Dios, somos capaces de que nuestras
oraciones sean respondidas. La creencia es la clave para recibir. El temor es
el principal enemigo del hombre. El temor edifica incredulidad, y la
incredulidad derrota las promesas de Dios. Cuando tememos no podemos creer;
cuando estamos creyendo, no podemos temer.
Mateo 13:58
Y no hizo [Jesús] allí [en su
ciudad natal] muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Éste era el mismo
Jesús que había llevado a cabo poderosos milagros en otros lugares. En cada
caso en el que sucedieron milagros, la persona o las personas involucradas
creyeron, ellos actuaron sobre las palabras que Jesús habló. La oración no es
siempre el pedirle cosas a Dios, aunque algunas veces esta sea la única razón
por la que nos tomamos el tiempo de orar. La oración es tener una comunicación
con Dios, en la que nosotros simplemente hablamos con Él (y vale la pena el
tomar tiempo para dejar que Él hable con nosotros). Cuando tenemos algo que
preguntarle a Dios, simplemente le presentamos nuestra necesidad, le
agradecemos a Él por sr capaz de suplirla, y entonces se la entregamos a Él,
sabiendo que el asunto será debidamente atendido por Él. Es el no querer
entregarle todas nuestras ansiedades a él lo que nos derrota. El temor se
presenta, y si las cosas no suceden de la manera en que pensamos que deben de
suceder, nos volvemos irritables. ¿De veras es que confiamos en Dios, o tan
sólo queremos que Él verifique nuestras opiniones? No es sacrílego el
preguntarnos tales preguntas, es tan sólo el ser honestos con nosotros mismos y
con Dios. Lo que nosotros creemos no cambia la Palabra de Dios, pero lo que
nosotros creemos es lo que determina que es lo que vamos a recibir. ¿Creer
hasta no ver? ¡No! La Palabra de Dios dice lo opuesto: Que creemos (actuamos),
y entonces es que vemos.
¿Cómo es que yo
se que soy un creyente cristiano conforme a la Palabra de Dios? Esta pregunta
confronta a mucha gente religiosa de hoy, aunque no se exprese libremente.
Existe una muy simple razón para tal incertidumbre. Las denominaciones se han
apoyado en métodos establecidos por hombres en vez de en realidad estudiar la
Palabra de Dios. Entonces, cuando un individuo no responde a esos métodos de la
forma que otros han respondido, la duda y el temor prevalecen.
Romanos 10:9-10
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa
para salvación.
Ahora, con toda
honestidad veamos si nuestras creencias se basan el las Escrituras, o si
estamos cayendo bajo las sutilezas de los métodos fabricados por el hombre. Un
dedicado profesor de la Biblia dice: "Tú puedes encontrar a Dios en cualquier
lado o perdértelo en todos lados.” (Ésta referencia es: Wierwille, V. P. How to Be
a Christian. In: The New, Dynamic Church, p. 36. American Christian Press, 1971. Allí, inmediatamente
después se nos dice: "¿Te das cuenta que recibir la salvación no depende de lo
que tú haces sino de lo que Jesucristo hizo por ti?”). De nuevo regresamos a contemplar
la importancia de la mente renovada.
Las
denominaciones han sido elaboradas por grupos de creyentes que tienen
semejantes creencias e interpretaciones de las escrituras. ¿Acaso te has
preguntado porqué la gente va a la iglesia? Semejante pregunta merece una
respuesta honesta. ¿Qué debemos de esperar de nuestra iglesia? ¿Es acaso una
organización más? El propósito de la iglesia es espiritual, si estamos
recibiendo comida espiritual de nuestra escuela dominica y de nuestros
servicios de oración, todas las otras actividades de nuestra organización religiosa
han de encajar en su propio lugar. Entonces estaremos unidos en un deseo de
aprender aún más acerca del amor de Dios y seremos inspirados a manifestarlo en
nuestra vida diaria. Tenemos derecho de esperar ser edificados cuando atendemos
nuestros servicios de adoración. Es la responsabilidad de todo hombre el
dividir correctamente la Palabra de Verdad. Esto también ha de estar basado en
las Escrituras y no en lo que nosotros pensamos.
Conclusión: Es mi
sincera oración que este pequeño estudio te desafíe a buscar las Escrituras, y
que te ayude a convertir la Biblia en algo viviente y real para ti. Es nuestro
derecho y responsabilidad el evaluar cualquier enseñanza con la Biblia y no
solamente aceptarla porque tal o cual persona lo dijo. La Biblia debe de ser
nuestra fuente de alimento espiritual.
Tomado de: http://www.cffm.org/i_newsletter/fprint/inl_9-9-05.htm
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