La Dra. Lilian B. Yeomans, una medico cirujano, recibió
sanidad divina estando al borde de la muerte debido a una adicción a los
narcóticos.
La ciencia médica no pudo hacer nada por ayudarla. Ella
estuvo cerca de la muerte, la ciencia le dijo que moriría.
Pero entonces alguien le hablo a ella acerca del registro
en la Biblia cuando Jesús sano a la mujer con flujo de sangre (Marcos 5:25-34).
La Dra. Lilian había pasado años muy difíciles en una condición severa. Pero
cuando ella oyó acerca de esta mujer con flujo de sangre que fue sanada, ella
regresó a comunión con Dios. Entonces ella recibió sanidad y fue librada de la
muerte.
Después de ser librada de la muerte y recibir su divina
sanidad cuando su salud estababien, la
Dra. Lilian comenzó a orar y enseñar la divina sanidad de la Palabra de
Dios,y ella hizo esto por muchos años.
En uno de sus libros, ella habla acerca del gozo de cuarenta y tres años de
divina sanidad.
Con el paso del tiempo, la Dra. Lilian y su hermana
consiguieron una casa grande con una herencia. Ellas volvieron esa casa en lo
que llamaron "Casa de fe”; la utilizaron paraalbergar gente enferma que no había podido ser sanada para que sanara
por el divino poder de Dios atreves de la fe en su Palabra.
Todas las personas que ellas ministraron estaban enfermas
de una enfermedad terminal o incurable. En otras palabras, las doctoras
ministraron a cada uno de ellos cerca de la muerte. Ellas fueron mas allá de la
ciencia medica. La Dra. Lilian y su hermana rara vez perdieron un caso. Ella
logró que la mayoría recibieran su sanidad.
La Dra. Lilian logro que esta gente fuera sanada por
medio de hacer lo que yo le estoy mostrando a usted que haga. Ella leyó las
escrituras sobre sanidad divina a ellos y les dijo que confesaran a sí mismos
una y otra vez.
La Dra. Lilian y su hermana solo podían tomar tres o
cuatro personas a la vez en su casa de fe, así que tenían una lista de espera.
En un caso en particular, una mujer que había estado en la lista llegó a esta
casa con tuberculosis. Cuando esta mujer llegó a la casa de fe en ambulancia,
la Dra. Lilian reviso su pulso y supo que la mujer estaba agonizando.
De hecho, la Dra. Hubiera querido administrarle un fuerte
estimulante para poder activar el corazón de esta mujer, pero ella no tenía
licencia para prácticar medicina en ese estado en particular donde se
encontraban, entonces ella solo tomo a esta mujer agonizando y la llevo a uno
de los cuartos.
La Dra. Lilian cuenta: "Estuve junto a su cama y le leí
mi Biblia. Le dije a ella, ‘cierra tus ojos y descansa y simplemente escucha la
Palabra’.” Por dos horas la Dra. Le leyó las escrituras sobre sanidad, como
están contenidas en este libro. En vez de darle a esta mujer un medicamento
para estimularle el corazón, ella le dio una dosis de La medicina de Dios- ¡Su Palabra!
La Dra. Tenía todas las escrituras sobre sanidad
subrayadas en su Biblia y ella le leyó a esta mujer todas las escrituras desde
Génesis hasta Apocalipsis. Ella no le leyó sobre ningún otro tema, porque esta
mujer todo lo que necesitaba era oír sobre la sanidad. Esta mujer ya era salva,
ya había aceptado a Cristo como su Señor. Lo que ella necesitaba oír era sobre
la divina sanidad y, gracias a Dios, La Palabra de Dios provee para cada
necesidad.
La Dra. Lilian le leyó Deuteronomio 28 y Gálatas 3, los
capítulos enteros. Entonces también leyó otras escrituras sobre sanidad, pero
estos capítulos en especial se los leyó una y otra vez.
"Entonces le dije a ella, ¿has notado que de acuerdo a
Deuteronomio 28:22, esta enfermedad, tuberculosis, es una maldición de la ley?
Pero, también ¿has notado que de acuerdo a Gálatas 3:13, Cristo nos ha redimido
de la maldición de la ley? Entonces, el te ha redimido de la tuberculosis.”
Por esos días, la tuberculosis era una de las principales
causas de muerte en los Estados Unidos. Esto era antes de los días de esas
milagrosas medicinas y no había avances tecnológicos en el campo medico como el
día de hoy. Esta mujer estaba en una etapa terminal de su enfermedad y estaba
virtualmente muerta y ahí estaba en una cama de esta casa de fe.
La Dra. Lilian instruyo a esta mujer, "a cada momento,
repite en voz fuerte, de acuerdo a Deuteronomio 28:22, la tuberculosis es una
maldición de la ley. Pero de acuerdo a Gálatas 3:13, Cristo me ha redimido de
la maldición de la ley. Entonces Cristo me ha redimido de la tuberculosis.”
A la siguiente mañana La Dra. Lilian y su hermana leyeron
las escrituras sobre sanidad a cada uno de sus cuatro pacientes que se
encontraban con ellas en esta casa de fe. La Dra. Pregunto a esta mujer con
tuberculosis "¿Has confesado lo que te dije ayer que dijeras?
La mujer contestó "si”, pareciera que no he dormido ni
cinco minutos, yo me he repetido esto miles de veces. Pero aun esto no
significa nada para mí”.
"Esta bien”, le dijo la Dra., "solo sigue confesándolo,
he sido redimida de la maldición de la ley, de la tuberculosis.
La mujer con Tuberculosis continuó tomando la medicina de
Dios. Cuando la Dra. Lilian vino asu
cuarto para leerle la siguientemañana,
le preguntó” ¿Sigues confesando lo que te dije? "Sí”, respondió la mujer” Otra
vez no pude dormir mas que como diez minutos. Sigo diciendo estas escrituras
diez mil veces. Pero aun no significan nada para mí. Siento que no obtengo nada
con ello.
"Esta bien” dijo la Dra. Lilian "mantente confesando y
repitiéndote esto una y otra vez. La mujer estaba tan débil y tan disminuida
físicamente, solo podía decirlo muy bajo, y después solo para sí misma.
Después, La Dra. Lilian y su hermana estaban en la cocina
preparando la merienda cuando oyeron alboroto en el piso de arriba en una de
las recamaras. Sonaba como si alguien golpeara el piso y estaba corriendo.
Todos los pacientes eran moribundos, pero uno de ellos se había levantado de su
cama y estaba corriendo. Y ella comenzó a llamar, "! Dra. Lilian, Dra. Lilian!”
La Dra. Se apresuro a salir de la cocina, y esta mujer
que había estado muriendo de tuberculosis bajo de prisa las escaleras gritando,
"Dra.¡Estoy sanada, Estoy sanada!
"Ya lo se” dijo la Dra. Estuve tratando de decírselo los
últimos tres días”
¿Qué le pasó a esta mujer que estaba muriendo unos días
antes? La Palabra que ella había estado confesando llegó a ser parte de su
alma. No fue una poción mágica que la Dra. Lilian le suministro. Y tampoco fue
la gran personalidad o habilidades de la Dra. Lilian Yeomans que consiguieron
que esta mujer sanara. ¡No, fue simplemente la Palabra ¡ Fue solo fe en la Palabra de Dios que sano a esta
mujer y le levanto de su lecho de muerte.
La Dra. Lilian sabia que eventualmente la verdad de la
Palabra de Dios se registraría en el corazón de esta mujer. Muchas veces, la
gente sólo se sienta esperando que alguien más haga algo por ellos. Ellos
esperan la sanidad de algún ministro que venga de pronto y les sane.
Pero la sanidad puede o no venir de esa manera. Si te
sientas a esperar que la sanidad venga a ti, quizá nunca llegue. Pero te diré
una cosa: LA PALABRA DE DIOS SIEMPRE FUNCIONA.
Tienes que desear tu sanidad, buscarla con todo tu corazón, edifica tu fe por
medio de las Sagradas Escrituras yestas
llegaran a ser parte de tu alma.
¡La Palabra de Dios
funciona! Te reto a tomar las escrituras citadas en este libro, y alimentarte de
ellas, hazlas parte de ti. Deja que lleguen a ser parte de tu alma por medio de
meditar constantemente en ellas y por repetírtelas una y otra y otra vez. La
Palabra de Dios es medicina, entonces ¡toma
tu medicina! Su Palabra será vida para ti y sanara tu cuerpo.
Traduce Claudia
Juárez, traductora profesional de Trabajos Bíblicos.