Antes de que Jesucristo resucitado
ascendiera al cielo expresó que las siguientes señales seguirían a todo aquel
que creyera:
MARCOS 16:17-18 “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán”.
Jesucristo dijo que los que creen
manifestarían entre otras señales: “el hablar nuevas lenguas”.
Jesucristo mismo llevó a cabo
poderosas señales en su ministerio (1- el echar fuera demonios y 2- sanar a los
enfermos), con excepción del hablar en lenguas.
Sus apóstoles y discípulos también
manifestaron estas poderosas señales. Por ejemplo el apóstol Pablo tomó
accidentalmente una serpiente venenosa que le mordió sin experimentar síntoma
alguno de envenenamiento (Hch. 28:1-6), esta señal fue tan poderosa para los
habitantes nativos de la Isla de Malta que resultó en la salvación y sanidad de
muchos de ellos, gracias al ministerio de Pablo (Hch. 28:7-10).
Aún estas señales poderosas del
espíritu de Dios se encuentran a lo largo de las vidas de creyentes del antiguo
testamento: Moisés abriendo las aguas del mar rojo, Elías y Eliseo resucitando
muertos y todos los hombres de Dios hablando de parte de Dios frases de
consuelo o declarando con toda certeza acontecimientos futuros.
La primera escritura que impactó
mi entendimiento y que me hizo explorar con minuciosidad y deleite las
escrituras de la Biblia fue la siguiente:
JUAN 14:12“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las
obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al
Padre”.
El maravilloso poder de Dios,
cuando es activado por los creyentes renacidos del espíritu santo, del cual
poder leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles y en las Epístolas,
sigue estando disponible actualmente y seguirá estándolo hasta que Cristo venga
a reunirnos con él, antes de los catastróficos eventos relatados en el libro
del Apocalipsis.
Aún hoy en día, personas sumamente
inteligentes pero carentes de entendimiento acerca del hablar en lenguas se
oponen a esta poderosa manifestación espiritual, en oposición directa a la
voluntad de Dios expresada en la siguiente escritura:
1 CORINTIOS 14:39-40“Así que, hermanos, procurad profetizar, y
no impidáis el hablar lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden”.
Una de “las cosas mayores” que
nosotros podemos hacer, gracias a la obra de Salvación completada por Jesucristo,
es el proclamar las buenas noticias de la Salvación por gracia para todo aquel
que quiera creer con todo su corazón que Dios resucitó a Jesucristo de entre
los muertos y que confiese con su boca que Jesucristo es el Señor en su vida.
De nuevo, no hagamos caso a todas
esas personas sinceras pero que se resisten a creer en la salvación por gracia.
Que nadie trate de arrebatarnos el gozo de reconocer en Jesucristo a nuestro
completo substituto.
Otra de “las cosas mayores” que
nosotros podemos hacer gracias a Jesucristo es el hablar en lenguas
constantemente en nuestra vida personal. Solamente cuando comprobamos por
experiencia propia el poder y paz que esta manifestación trae a nuestras vidas
podemos decir como el Apóstol Pablo dijo: "Así que quisiera que todos
vosotros habláseis en lenguas". Aún el apóstol Judas (no el traidor sino
el que escribió la epístola) nos exhorta a hablar en lenguas de la siguiente
manera:
JUDAS: 20-21“...vosotros, amados, edificándoos sobre
vuestra santísima fe, orando en espíritu santo, conservaos en el amor de
Dios...”
¿Qué significa exactamente “orando
en espíritu santo”?, ¿significa acaso orar con algún tipo de fervor especial?,
¡NO!.
Veamos la respuesta a esta
expresión en otra escritura de la Biblia misma:
1 CORINTIOS 14:14-15“...si yo oro en lengua desconocida, mi
espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el
espíritu, pero oraré también con el entendimiento...”
Orar en una lengua desconocida
para mí mismo es la forma en la que el espíritu de Dios que mora en mí es usado
por mí en oración, es decir que cuando oro en una lengua desconocida, mi
espíritu ora. Lo que Judas recomendó de estar “orando en espíritu santo” es
persistir en nuestra oración en lenguas desconocidas.
El Apóstol Pablo nos enseñó que
hemos de orar de las dos maneras, con nuestro entendimiento, es decir en
nuestro propio idioma o en un idioma que nosotros entendemos, y con nuestro
espíritu, que es el orar en lenguas desconocidas.
¡Tenemos dos formas maravillosas y
complementarias de orar gracias a que Jesucristo resucitó!, y absolutamente
nadie por más sincero que nos parezca nos debe de arrebatar las bendiciones y
los beneficios del orar en lenguas.
El orar en lenguas además de
nuestro orar con el entendimiento es la forma en la que podemos cumplir con el
mandato de Dios:
1 TESALONICENSES 5:17“Orad sin cesar”.
Este orar en lenguas está
totalmente bajo el control de nuestra libre voluntad, es por eso que el Apóstol
Pablo le dio gracias a Dios que en su vida personal él hablaba en lenguas más
que todos los creyentes en Corinto juntos:
1 CORINTIOS 14:18“Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más
que todos vosotros”.
El hablar en lenguas en nuestras
vidas personales es un aspecto muy hermoso de la Palabra de Dios claramente
expuesto en la Biblia.
Para concluir con esta breve
introducción quisiera presentaros otra escritura en la que se hace referencia a
esta maravillosa manifestación del espíritu santo de Dios morando en nosotros:
EFESIOS 6:18“orando en todo tiempo con toda oración y
súplica en espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por
todos los santos”.
A continuación se presenta un
estudio que de ninguna manera es exhaustivo acerca del hablar en lenguas:
Tasters of the Word (YouTube), videos recientes: "Astronomía y Nacimiento de Jesucristo: Once de Septiembre Año Tres A.C.", "Estudio sobre Sanidades" (en 20 episodios), "Jesus Christ, Son or God?" and "We've the Power to Heal":http://www.youtube.com/1fertra