Religioso español; nació en
Sevilla y murió hacia 1582. Profesó en la Orden de San Jerónimo y la abandonó
más tarde para poder difundir la Palabra de Dios sin impedimentos. Publicó en
1569 la primera traducción castellana de la Biblia, versión que sirvió de base
a la de Cipriano de Valera.
Tomado del Tomo VIII del
Diccionario Enciclopédico UTEHA, publicado en 1953 en México, D.F.
Otras obras: Evangelio de
San Mateo (comentario de 1573), Apología de la Concordia de Wittemberg
(1580) y sus Cartas.
Tomado del Tomo 10 de la
Enciclopedia Salvat Diccionario, publicado en 1976 por Salvat Editores en
Navarra.
Era monje jerónimo de San
Isidro, de donde salió al mismo tiempo que Cipriano de Valera y que Antonio
del Corro (autor de la Epístola al Rey de España). Fue recibido
amablemente en Inglaterra y tuvo la alegría de recobrar allí a sus parientes
más allegados que pudieron escapar de la Inquisición española. En
Londres presidió durante un tiempo la congregación de los fugitivos.
Casiodoro se trasladó a
Basilea, Suiza, donde en el año de 1569, publicó la tan esperada traducción de
toda la Biblia al español. Esta edición recibió el nombre de la "BIBLIA DEL OSO" porque aparecía en la
portada una marca de imprenta, con la imagen de un oso intentando alcanzar un
panal de miel.
Los líderes cristianos y el Consejo
Municipal deBasilea habían apoyado su obra con todas sus fuerzas, y como
muestra de gratitud, Casiodoro dedicó un ejemplar a la Biblioteca de la Universidad
de Basilea. Se tiraron de esta primera edición 2,600 ejemplares, pero a
pesar de los obstáculos que había para su venta, en 1596 ya se habían agotado
totalmente.
Habiendo concluido su gran obra
en Basilea, salió Casiodoro de esta ciudad y se dirigió a Francfort, Alemania,
ciudad donde tuvo buena acogida, e incluso se le hizo ciudadano de honor. Desde
allí fue a Amberes, Bélgica, para encabezar en 1579 la congregación de los
franceses que se habían adherido a la Confesión de Augsburgo, iglesia
que reorganizó y en la que desplegó una gran actividad.
Cuando Amberes cayó en manos de
Alejandro Farnesio (español opositor de los emancipados de Roma) en agosto de
1585, dejó esta ciudad y volvió a Francfort, donde su figura fue muy respetada
entre los cristianos que habían emigrado a Holanda, sosteniéndose por su propio
trabajo con un comercio de sedas que estableció. Algún tiempo después, teniendo
más de setenta años, fue elegido pastor auxiliar en la iglesia de Francfort en
1593. Todavía ocho meses pudo ejercer su ministerio, hasta que durmió en el
Señor el 15 de marzo de 1594. Su hijo Marcos fue, dos años más tarde, elegido
sucesor de su padre.
Fue hasta 1601 que apareció
impresa una obra que Casiodoro de Reina había escritó en Londres durante 1559:
la "Confessión de Fe christiana, hecha por ciertos fieles españoles,
los quales, huyendo los abusos de la Iglesia Romana y la crueldad de la
Inquisición d'España, dexaron su patria, para ser recibidos de la Iglesia de
los fieles, por hermanos en Christo" (Cassel, 1601).
La Biblia de Reina no fue la
primera versión completa de las Sagradas Escrituras en español. Existía la
versión de Alfonso el Sabio de 1260, pero ésta tenía ya entonces un valor
meramente histórico (se presenta el evangelio de Lucas de esta versión en la
página de precursores2). Los judíos de Ferrara habían
editado todo el Antiguo Testamento en castellano en 1553, pero era esa una
versión de difícil lenguaje, por ser demasiado literal. El Nuevo Testamento ya
había sido vertido al español por Enzinas y por Pérez de (la) Pineda con
anterioridad a que lo hiciera Reina.
Aparte del texto original y las
versiones latinas, al hacer su traducción tuvo Casiodoro de Reina a la vista
los trabajos anteriores de Valdés (por ejemplo, sus Salmos en español),
de Enzinas, y de Pérez de (la) Pineda, así como la Biblia Ferrariense.
La versión de Reina es todavía
hoy la más usada por los cristianos de habla española, con las ligeras
correcciones que hizo en ella Cipriano de Valera. Ha sido durante siglos la
única traducción en español asequible, y es reconocida aún por los de Roma,
como superior a las dos versiones suyas, la versión de Scío (1793), y la
editada por Torres Amat (1825, traducción de José Miguel Petisco), ambas
más tardías y únicas hasta tiempos muy recientes. Estos trabajos, al igual que
todos los anteriores autorizados por Roma para cualquier otra lengua en uso,
diferente del latín, fueron obligada y rigurosamente traducidos con apego
completo a la Vulgata, obra del temperamental Jerónimo, y no con apego a
los textos originales (griego y hebreo), aún a sabiendas de que, como lo había
declarado ya Fray Luis de León, y por lo cual había estado preso durante cinco
años, esa versión realizada por Jerónimo, contenía errores.
Tomado del libro de Samuel
Vila, 1977, Historia de la inquisición y la reforma en España, CLIE, Terrassa.
Notas sobre versiones bíblicas
en español: Hasta 1944 se publica la primera versión católicoromana en español
que hubo de cotejar los textos hebreo y griego: la versión Nácar-Colunga
(previamente, en catalán había salido otra versión semejante en 15 volúmenes,
durante 1928-1947, y en Chile, Jünemann en 1928 había publicado un NT
basado en el griego, pero no fue sino hasta 1992 que publicaron completa su
versión de la Biblia), poco después se editó la de Bover-Cantera (1947),
y en 1948-51 la de Straübinger, quien en sus 36 páginas introductorias
tampoco habla nada acerca de la Salvación por Gracia en Cristo Jesús, ni
del don de espíritu santo. Posteriormente se editan otras versiones más:
Franquesa-Solé (1968); La Nueva Biblia Latinoamérica (1972-74, de
Ricciardi-Hurault); La Biblia de Jerusalén (1975); la versión popular Dios
llega al hombre, del CELAM en colaboración con las Sociedades
Bíblicas Unidas; el Nuevo Testamento de la CEBIHA (1966),
etcétera...
Otras versiones en español no
citadas previamente son las siguientes: El Libro del Pueblo de Dios
(1981, de Levoratti y Trusso, de Argentina, interesante versión católicoromana
que se apega al canon hebreo); La Nueva Biblia Española (edición de
Schökel-Mateos de 1975, con traducciones amplificadas de acuerdo al uso actual,
que ellos las llaman: "traducciones dinámicas"); La Santa
Biblia, versión de Evaristo Martín Nieto, de 1964; La Biblia de América,
de 1994; La Biblia Americana "Sn. Jerónimo" (de 1994, la
3era. edición de la versión de Scío, pero se alega haber cotejado ahora
sí los textos griegos y hebreos); incluso por ahí anda alguna versión en un
español no familiar, traducida "directamente": ¡del Inglés!,
es la Traducción del Nuevo Mundo, cuya edición original final se publicó
en 1960, y: "las ediciones en otros idiomas se han basado en la
traducción al inglés", según dice textualmente un libro publicado en
Brooklyn en 1989 por la Watchtower, la editora de esa versión y sede de
los Testigos de Jehová; La Biblia de las Américas (versión en español,
tomada directamente... ¿de la NASB en inglés?); La Biblia
Hispanoamericana; la Biblia, en versión de Juan José de la Torre (Herder);
la Biblia de la Casa de la Biblia; la Biblia del Peregrino, de
Schökel (que con 60 % de comentarios pareciera ser más bien la Biblia del
religioso erudito); la Biblia al día (que es una paráfrasis); La Nueva Versión Internacional (de
la que se puede descargar el NT, y Salmos-Proverbios)... y el Nuevo Testamento
Interlineal Griego-Español de Francisco Lacueva, herramienta muy
recomendable para el estudioso bíblico, acompañada del Léxico-Concordancia
de Jorge G. Parker.
Se observa claramente que
aquellos que no querían versiones en español (ni en ningún otro idioma fuera
del latín), finalmente autorizaron no una, sino muchas versiones de la Biblia
(después de las duras lecciones dadas con la Vulgata), y el hecho de que
ahora haya muchas versiones de la Biblia en español es bueno para los
estudiosos y eruditos, quienes las cotejan para una mejor apreciación de las
palabras o frases que comuniquen en nuestro idioma, el sentido de los idiomas
originales.
Pero para las personas
católicoromanas no eruditas que hablan español (las mayorías), no existe un
lenguaje bíblico común con el cual estén uniformemente familiarizadas, ni una
enseñanza bíblica sólida y sistematizada. Los grupos no católicos, al menos en
su mayoría, ya están en el ciertísimo entendido de que son salvos por gracia,
al hacer a Jesucristo El Señor de sus vidas, por la obra completa y
perfecta que él realizó, al obedecerle a Dios y al dar su vida por nosotros,
para entonces ser resucitado por Dios. La obra perfecta de Jesucristo, supera
con mucho a cualquiera de las grandes obras que nosotros pudiéramos alguna vez
hacer o haber hecho. Saber esto y creerlo, es una gran ganancia que sería
hermoso que muchos compartieran.
Tomado de reseñas e
introducciones sobre las versiones de la Biblia en español.
En la portada de la primera
versión en español de la Biblia traducida por Casiodoro de Reina en 1569 se
encuentra la siguiente escritura, tanto en hebreo como en español:
"La Palabra del Dios nuestro permanece para siempre"Isaías 40:8.
En los primeros siglos de
nuestra era, estaban en uso hasta cuatro traducciones o versiones griegas del
Antiguo Testamento y varias traducciones de la Biblia completa en latín,
arameo, y en otros idiomas.
Sin embargo, durante la Edad
Media las autoridades religiosas romanas no permitían hacer revisiones, de modo
que la Vulgata (traducción latina hecha principalmente por Jerónimo, y
cuyo nombre expresa su supuesto propósito de llegar al vulgo, es decir, al
pueblo común) y la Peshita (traducción aramea cuyo nombre significa
"sencilla") dejaron gradualmente de ser entendidas.
En cuanto a las versiones de la
Biblia en castellano, Reina hizo la primera traducción de toda la Biblia,
basada en los idiomas originales. Utilizó las parciales que ya existían (del
Nuevo Testamento, del Antiguo, o de parte de ellos), como las de Juan Pérez
(español), de Ferrara (judeo-español), y de Santes Pagnino (en latín).
Después de diez años, Cipriano
de Valera se abocó a la tarea de revisar la obra de Reina, y el resultado de su
labor fue publicado en 1602 bajo su nombre. Durante 300 años su obra y las
revisiones subsecuentes llevaban sólo el nombre de Valera, pero las
publicaciones del siglo XX asocian su labor con la de Reina, por lo que ahora
la llamamos Versión Reina-Valera de la Biblia.
Revisiones posteriores a la de
1602 a las que ha sido sometida, han sido en: 1858, 1862, 1865, 1874, 1883,
1890, 1909, 1960, 1977, 1989, 1996, las cuales han contribuido a que la Palabra
milenaria sea siempre la Palabra oportuna en español para cada generación.
En latraducción de 1569 Reina utilizó los últimos
adelantos de las ciencias bíblicas. Por ejemplo, usó la división del Nuevo
Testamento en versículos, que había sido introducida en forma impresa sólo unos
pocos años antes (1550), y lamentó que una nueva publicación Peshita le hubiese
llegado demasiado tarde para poder tomarla en cuenta.
Reina, en la introducción de su
Biblia, reconoce con humildad que otros después de él podrán mejorar el fruto
de su labor. Y siempre es así. Con los cambios en la manera de hablar de los
pueblos, aparecen nuevas palabras y nuevos significados para las palabras
existentes, pasando otras al desuso.
Es sorprendente ver cuantas
ayudas Reina incluyó en su Biblia de 1569. Reconociendo que los manuscritos que
le servían de base no siempre eran absolutamente iguales, puso referencias en
el márgen, y a veces, incluyó otras traducciones posibles. También fue él quien
les puso subtítulos a los capítulos.
Tomado de la Introducción
de la Santa Biblia Versión Reina-Valera Actualizada de 1989, publicada en Texas
por la Editorial Mundo Hispano.
Tasters of the Word (YouTube), videos recientes: "Astronomía y Nacimiento de Jesucristo: Once de Septiembre Año Tres A.C.", "Estudio sobre Sanidades" (en 20 episodios), "Jesus Christ, Son or God?" and "We've the Power to Heal": http://www.youtube.com/1fertra